Pasar de una jungla urbana de impresionantes rascacielos al paraíso del relax y del descanso, rodeados de playas de arena blanca y vegetación exuberante. De uno de los desiertos de arena más grandes del mundo a una de las aguas más cristalinas del planeta.
Abu Dhabi y Seychelles forman una combinación perfecta para disfrutar de un gran viaje de contrastes. A continuación, te detallo algunas de las recomendaciones y “tips” que debes tener en cuenta…
Lo cierto es que Abu Dhabi es un destino emergente, que no tiene nada que envidiar a su vecina Dubai. Con el ambicioso proyecto de desarrollo que está llevando a cabo, puede ofrecer al viajero todo aquello pueda ser de su interés.
Existen vuelos diarios desde Madrid a Abu Dhabi, y desde Abu Dhabi a Seychelles, operados por la compañía aérea Etihad Airways que hacen que combinar estos destinos sea muy fácil, incluso para los que viajan en familia, ya que ofrecen servicios de entretenimiento y niñera a bordo para los niños.
Una de las primeras paradas obligatoria tiene que ser la Gran Mezquita Sheikh Zayed, icono del país y una de las mezquitas más impresionantes del mundo, con la estructura de mármol más grande construida por el hombre.
De la mano de nuestro guía privado, visitaremos el Heritage Village, donde conoceremos un poco más sobre la vida, historia y cultura de la región.
Posteriormente podremos contemplar la ciudad desde el mirador de Etihad Towers desde donde se observa, entre otros, la isla de Saadiyat, que acoge un ambicioso proyecto cultural que incluye la construcción de varios museos.
Si viajamos en familia, no podemos dejar de ir al parque de atracciones temático Ferrari World o al hospital de halcones, con más de 42.000 ejemplares desde su inauguración en 1999 (actualmente cuenta con un interesante museo de cetrería).
Nuestro guía privado nos ofrecerá magníficas opciones gastronómicas, como ir a cenar a alguno de los restaurantes del hotel Yas Viceroy, construido dentro del circuito de Fórmula 1. Además, nos llevará a otro de los imprescindibles de Abu Dhabi: el desierto de Liwa (Empty Quarter).
Mi recomendación, sin ninguna duda, es pasar de una o dos noches en Anantara Qasr Al Sarab Hotel, un exclusivo alojamiento que simula un antiguo pueblo bereber pero con todas las comodidades inimaginables, donde realizaremos recorridos en 4×4 por dunas de hasta 300 metros de altura, paseos en camello o a caballo, caminatas por el desierto… y para terminar la velada, nada mejor que una cena a la luz de las estrellas.
Después de tanta actividad toca un poco de descanso y ¡qué mejor opción que Seychelles!
De nuevo, un cómodo vuelo directo desde Abu Dhabi nos llevará a Mahe. Una vez aterrizados en Mahe, la isla más grande de Seychelles, un espectacular sobrevuelo en helicóptero de 20 minutos nos llevará hasta la isla privada Felicité, donde tan solo 30 villas, todas ellas con piscina privada, componen el hotel Six Senses Zil Payson.
El hotel, fiel a su filosofía de crear experiencias excepcionales en lugares de increíble belleza, se encuentra enclavado entre fabulosas playas de arena blanca y las famosas y enormes rocas graníticas tan características de Seychelles. Ocupa tan solo una tercera parte del total de la isla privada en la que se encuentra, manteniéndose el resto virgen e intacto.
También cuenta con un increíble Spa, construido sobre imponentes rocas con vistas al mar, donde los huéspedes pueden disfrutar de una amplia gama de tratamientos de bienestar, rejuvenecimiento y belleza, llevados a cabo por expertos terapeutas, así como de clases colectivas de yoga y meditación.
La gastronomía, la variedad de actividades que se ofrecen y el exquisito servicio del personal es otro de los puntos fuertes del hotel. El enclave perfecto para disfrutar de unos días de descanso y relax antes de regresar a casa.
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