Tan desconocidos como exóticos, Togo y Benín son dos pequeños países africanos situados a la orilla del Golfo de Guinea que ofrecen una rica vida cultural, lo que se traduce en una experiencia donde las tribus locales, la naturaleza y la magia son el hilo conductor de la aventura.

África, vibrante e indómito territorio donde la naturaleza tejió sus caprichos más rebuscados y pintó todas y cada una de sus ensoñaciones, convirtiéndose así en la verdadera y auténtica gobernadora del continente.

Es aquí donde yacen dos pequeños países, cuyo tamaño contrasta con su gran diversidad y vida cultural: Togo y Benín; Benín y Togo, naciones que representan un viaje de ida y vuelta que te llevará de la mano de Lomé –capital togolesa que se encuentra a la vera del Golfo de Guinea– hasta las montañas de Atakora, en el norte beninés, donde la frontera roza discretamente con Burkina Faso.

A través de este trayecto, mil historias se cuentan y se viven al mismo tiempo, mismas que son contadas por dos tribus que dominan estos suelos: los Tamberma y los Somba, hacedores magistrales de castillos de adobe que dotan de singularidad los paisajes de la región, pero también dan vida a una sociedad repleta de ritos y misterios que solo se conocen pisando estos suelos.

Y ya que hablamos de tribus e identidades, los Taneka también se asoman en este trayecto para demostrar cómo su estricto modus vivendi es el gran legado que le dejan a la humanidad pues, sin duda, se caracterizan por el rigor con el que viven cada uno de los aspectos que compone a su cultura, lo que incluye un largo y complejo rito de iniciación que los hombres viven para mantener con vida sus tradiciones, usos y costumbres.

Pero si hay algo que caracterizará a esta gran travesía y la convertirá en una de las experiencias más únicas que puedas experimentar, eso es el vudú… sí, el vudú… que más que rituales enlazados a fetiches, se trata de una interesante forma de vida que nos sumerge literal y figurativamente en la magia, gracias a los curanderos, sacerdotes y oráculos que vaticinan la fortuna de aquel que quiera conocer su destino.

La cultura vudú, está hecha de hombres que viven en carne propia trances que los conectan con lo divino y les muestran el camino a seguir si desean conquistar sus anhelos más íntimos y sanar mente, cuerpo y espíritu, ya sea propio o ajeno. Así que abre la mente y corazón, porque esta será una oportunidad única para descubrir y comulgar con formas de vida que resultan simplemente fascinantes.

Por cierto, si hay algo que admirar en Togo y Benín sin duda es su tradición en máscaras, las cuales se utilizan para diferentes aspectos y por diferentes motivos, lo que además de convertirse en un souvenir repleto de significados, es también una muestra de su organización social y de la maestría con que los artesanos modelan y cuentan un sinfín de relatos y sortilegios.

Este es un viaje como ningún otro y, si crees que ya conoces África, espera y verás que al filo del continente –tocando aguas del Golfo guineano– existe una manera de ver el mundo que te hará tener nuevos ojos, nueva mente y nuevo corazón. ¡Bienvenidos a Togo y Benín! ¡Bienvenidos a Benín y Togo!

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