Tuve la suerte de compartir este maravilloso destino con un grupo de compañeras de NUBA. El azar hizo que todas fuéramos mujeres, sin esperar que en esta fabulosa Odisea, Homero recogiese nuestro canto.
El vuelo directo con la compañía IBERIA a Johannesburgo fue extraordinario, cien por cien recomendable, salida de Madrid por la noche, duermes y amaneces en Sudáfrica.
Johannesburgo nos recibió con un tiempo otoñal agradable y nos invitó a visitar la casa de Nelson Mandela (en el barrio de Soweto), pequeña y llena de Historia viva.
Al día siguiente empezó nuestra aventura de Safaris, que hay tantos y tan diversos dentro de África como las líneas de una cebra. Tanzania, Kenia, Botswana o Sudáfrica, los coches, los animales, los paisajes; cada uno es diferente y todos encierran algo especial que lo hacen único. En el caso de Sudáfrica son sin duda los más cómodos ya que no tienes que desplazarte de un parque a otro. Los alojamientos están situados dentro del entorno del Parque Nacional de Kruger y cuando llegas, haces un Safari por la mañana y otro por la tarde. Durante tres días tu única responsabilidad es ver a los cinco grandes: Búfalo, León, Leopardo, Rinoceronte y Elefante.
¡Qué maravillosa sensación ver a todos ellos cara a cara…! con cada uno de ellos tuvimos una experiencia mágica.
Las manadas de búfalos en la Reserva de Sabi Sabi al atardecer, el grupo de 12 leones de noche paseando mientras decidían qué cazaban y a su vez nos mostraban que ellos son los reyes de África. ¡Ni os imagináis qué claro trasmiten esa superioridad! Los rinocerontes me parecen unos seres absolutamente mágicos, preciosos, imponentes….
Los leopardos son tan elegantes andando que parece que están en la pasarela de la Semana de la Moda de Kruger y, por supuesto, las manadas de elefantes. Tuvimos la inmensa fortuna de ver un par de ellas en uno de los alojamientos más bonitos y míticos de Sabi Sands, Bush Lodge, que tiene una terraza frente a una pequeña laguna donde van a beber los animales y donde aparecieron, como si fuera el coro de una ópera, una manada de más de 50 elefantes de todas las edades, fue majestuoso.
Los alojamientos son espectaculares. El Earth Lodge, nombrado Unique Lodge por National Geographic, para los amantes de la arquitectura, es una auténtica delicia.
Cada Reserva es diferente. En el caso de Mala Mala, ofrece un paisaje frondoso con un color verde intenso tras un río que se convierte en nuestro compañero de ventana.
Tras disfrutar de los amaneceres y atardeceres más bonitos y salvajes que os podáis imaginar, llegamos a Ciudad del Cabo.
Sudáfrica es el país más variado de todo el continente y eso se ve en la arquitectura, en la población y en los paisajes. De repente llegas a Ciudad del Cabo y en las afueras encuentras, a tan sólo una hora, paisajes que podrían ser Suiza, Alemania, Holanda… Tanto las montañas como la arquitectura de la zona, hace de este área vinícola, una auténtica delicia para disfrutar de al menos una jornada.
Una cata de vinos, un paseo en coches vintage, un almuerzo en la Finca Mont Rochelle nos hizo experimentar, una vez más, la magnífica gastronomía de la que hemos disfrutado y los vinos tan espectaculares que tienen en Sudáfrica. Todo un lujo para los amantes de los caldos.
Y para el final de este viaje, dejamos el lugar donde ya no piensas que hubiese más allá. Nos encontramos en la Ciudad que está al norte de la Antártida, El Cabo que los piratas necesitaban cruzar para presumir con aros en sus orejas que pasaron del Océano Índico al Atlántico. La Ciudad del Cabo.
La visita a la península del Cabo fue toda una experiencia. Llegar hasta el Cabo de Buena Esperanza y sentirte en un extremo del Mundo fue inolvidable. El viento nos acompañó en esta jornada, pero era previsible en este punto de la geografía africana.
Tras esta ventosa visita, hicimos una parada obligada para conocer a nuestros amigos los pingüinos africanos en Simon Town. Simpáticos y circenses nos saludaron.
La zona del Waterfront es uno de los lugares más concurridos en Ciudad del Cabo. Paseable, con tiendas y restaurantes lleno de ocio y color, merece la pena visitar.
Me llevo un recuerdo imborrable de este país con miles de primas. Sólo me queda decir que al otro lado del mundo, el sur se confunde con el norte.