Las Maldivas se han convertido en el hotspot más deseado. ¿La razón? El intenso azul de su mar, aunado a cientos de playas vírgenes que aguardan pacientemente hasta ser finalmente descubiertas. Sin duda, un edén que no tiene comparación.

Es el destino predilecto de los sibaritas, quienes aprovechan para dorar sus pieles con el magnífico sol, logrando un contraste perfecto con la blanca arena, misma que combina con la intensidad del Océano Índico. Dicen que es uno de los últimos paraísos naturales de la Tierra, con casi mil islas vírgenes dispuestas a ser exploradas por los aventureros.

Tan sólo llegar a este rincón se convierte en una gran odisea por estar en medio de la nada marina, razón que lejos de asustar a los viajeros, los atrae como abejas a la flor más dulce. Sri Lanka y la India son los territorios más próximos a los atolones maldivos y ambos están a casi 500 kilómetros de distancia, así que la travesía es imponente y, sin embargo, ello no ha impedido el desarrollo de una comunidad que principalmente se concentra en Malé, la capital y ciudad más poblada del pequeñísimo país.

Dile a la gente que te vas a Maldivas e inmediatamente, aun sin conocerlo, te imaginarán en un vergel con todo y palmeras, arena color marfil y búngalos suspendidos sobre el turquesa de las aguas. Y la verdad es que esa imagen no podría ser más atinada, pues esta locación es la abreviatura correcta para “clima ideal, lugares de ensueño y lujo insuperable”.

Resulta que es una combinación entre el mundo perdido que dio vida a la aventura de Robinson Crusoe y la luna de miel de cualquier súper estrella de Hollywood, donde casi todo se hace al aire libre. Y ya que hablamos de escapadas románticas y actividades al aire libre, no hay mayor experto por estas latitudes que The Baglioni, un resort pensado para quienes gustan de la mítica exclusividad italiana, ahora en aguas asiáticas.

Y es que la cadena que logró consagrarse en Italia como el epítome de la elegancia y la confortabilidad, salió por primera vez de Europa para instalarse en este exótico rincón, en el que ofrece un sinfín de motivos para escoger a la isla Maagau del atolón Dhaalu –sitio que abarca este santuario– como el spot predilecto de los viajeros.

Laureado como el mejor hotel de gran lujo y destacado por sus tratamientos de belleza y bienestar, aquí te puedes hospedar en magníficas villas hechas de palafitos –construcciones que parecen estar suspendidas sobre el mar gracias a gruesos pilotes de madera– y disfrutar del secreto mejor guardado de los italianos: la combinación de los tratamientos locales con la experiencia en cuidados de la casa, lo que te ayudará a replantear tus conceptos de bienestar, conexión y spa.

Y para quienes necesitan una buena dosis de adrenalina, aquí también han pensado en ellos. The Baglioni ofrece paseos en catamarán y jet ski, tardes de kayak, esnórquel, nado con delfines y mantarrayas y excursiones por alguna de las mil 200 islas que conforman a esta nación, de las cuales únicamente 203 se encuentran pobladas.

Cabe mencionar que por estos lares corre el rumor, casi de la misma forma en que se esparce la alegría y el color, de que eventualmente serán abrazadas por el océano, quedando sumergidas para siempre en las profundidades. No se sabe a ciencia cierta si son habladurías mal intencionadas o sólo una leyenda que se cuenta de boca en boca para añadir misticismo a las Maldivas. Lo que es verdad, es que sea como sea, debes apresurarte a conocer sus majestuosos tesoros.

Aunque los maldivos compiten codo a codo con gigantes del turismo como Tailandia, India, Malasia o Indonesia, este pequeño país ha demostrado que cuando se trata de romance no hay quien le supere. No en balde ha sido clasificado como uno de los destinos más importantes para parejas por diferentes publicaciones expertas en turismo.

Lo anterior ha permitido que su oferta se extienda hasta occidente, donde europeos y norteamericanos se apuntan para vivir esta experiencia, atreviéndose a ir más allá del Caribe o el Mediterráneo. Desde México, pasarán varias horas antes de que puedas tocar este extravagante suelo. Sin embargo, una vez que lo hagas sabrás que cada minuto de vuelo invertido ha valido la pena con tal de estar en el más recóndito rincón de la Tierra, justo donde todos quieren estar, pero pocos se atreven a llegar.

Maldivas es un sueño que se disfruta con los ojos bien abiertos; es la prueba irrefutable de que el paraíso se encuentra en nuestra dimensión, siendo la provocativa invitación a dejarlo todo con tal de seguir el llamado del mar, ese lugar del que emanó la vida y que siempre nos remitirá a nuestro verdadero origen.

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