Islandia nació del divino encuentro entre el fuego y el hielo; el tembloroso choque del volcán y el glaciar. A través de la bruma y rompiendo las mareas del norte, es una tierra extraña en la que se siente un antiguo poder, todavía palpable cuando el cielo se ilumina con las auroras boreales. Su naturaleza, cálida y fiera, crea un mural que salta del verde de los prados al negro de los volcanes y el poderoso azul de los glaciares; un paisaje tan ensordecedor, tan propio, que solo puede explicarse como ‘pura magia’.
EXPERIENCIAS NUBA
Experimentar el lado más exclusivo de Islandia contemplando auroras boreales desde un campamento sobre un glaciar personalizado con cáterin y orquesta, sumergirse entre placas tectónicas en las cristalinas aguas de la fisura de Silfra, practicar yoga en privado sobre suelo volcánico o recorrer las playas de arena negra de la isla en boogie.
Degustar el pan tradicional islandés de una manera muy especial: recién salido de una panadería geotérmica, donde se hornea enterrado en arena volcánica caliente.
NO PUEDES PERDERTE
Descender al corazón del volcán Thríhnúkagígur, extinto desde hace más de 4000 años, para deleitarse con una experiencia gastronómica muy especial: una exclusiva cena de delicias islandesas en su cámara magmática.
TEMPORADA TOP
Entre mayo y agosto, con temperaturas más agradables y muchas horas de sol. ¡Hasta 20 al día!
¿SABÍAS QUE…?
Desde un punto de vista geológico, la mitad de Islandia pertenece a Europa y la otra mitad a América. De hecho, se tarda lo mismo en llegar a la isla desde Madrid que desde Nueva York.
