Marruecos, un impresionante destino hecho sobre las arenas del desierto más inhóspito del mundo, se convierte en el escenario perfecto para enmarcar a los recién casados que buscan los mejores lugares para construir sus memorias juntos. Estas son las razones.

Quien diga que en el desierto –un ecosistema árido donde la vida encuentra un sinfín de adversidades– no es posible que florezca el romance, es porque no ha viajado de la mano de NUBA. Y es que gracias a nuestra expertise construyendo experiencias a la medida, hemos encontrado la mejor manera de hacer que aún en el Sahara, el desierto que domina al continente africano, sea posible vivir una luna de miel repleta de sensaciones a flor de piel.

Con Marruecos como nuestro epicentro y cómplice en este tipo de vivencias, creamos un viaje que te lleva de la mano por los secretos de las ciudades imperiales: las míticas metrópolis conocidas como Rabat, Marrakech, Fez y Mequinez, cuyas medinas repletas de minaretes resplandecen bajo el sol, haciéndose doradas a ratos, lo que les vuelve un motivo no solo de asombro, sino el marco perfecto para que –con un cielo intensamente azul como testigo– el amor encuentre el mejor momento para volverse palabras e instantes.

Y ya que hablamos del cielo azul, es imposible no mencionar a Chefchaouen, una de las paradas de esta travesía y punto obligado para cualquier turista que arribe a suelo marroquí. La ciudad que se pintó de añil, es el marco perfecto para capturar momentos a través de la lente, situándose como un escenario inmejorable para cualquier fotógrafo ávido y para las parejas, que seguro hallarán su propio spot entre callejones, escalinatas y paredes cerúleas.

Tierra de beduinos, Marruecos es también una oportunidad para vivir de cerca las tradiciones que se han forjado en el desierto y ser testigo de la magia que los oasis poseen. Es justo en uno de ellos –el de Skoura– donde descubrirás que el lujo y la exclusividad también se han apoderado de estas latitudes y que justamente esos dos ingredientes pueden construir la atmósfera adecuada para un par de recién casados.

Dormir bajo un cielo estrellado, con las dunas como compañeras de sueño, es uno de los momentos imperdibles cuando se visita un país como este, donde –por la noche– se iluminan preciosas tiendas de campaña hechas de inmaculadas telas algodonosas para saludar a los astros que desde arriba nos vigilan.

Por cierto, Zagora –otro de los rincones marroquíes obligados– también aguarda en esta escapada. Y con las montañas del sur como testigos de los enamorados, será el pretexto perfecto para relajarse en el palmeral más grande del mundo.

Marruecos es auténtico y fascinante… un poema que se recita paso a paso y que, gracias a NUBA, puedes reescribir bajo tus propios términos. Eso sí, el confort máximo y la sofisticación serán tus compañeros y guías de Chefchaouen a Zagora, pasando por la sobriedad de Mequinez y Fez, la elocuente personalidad rabati, la etérea Casablanca y los inesperados museos de Marrakech.

Ven, vive la luna de miel más romántica de la que hayas escuchado y comienza tus memorias en pareja con el mejor de los augurios: el que otorga el desierto a los visitantes que saben disfrutarlo al máximo.

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