¿Un hotel se puede convertir en un pretexto para visitar un destino? La respuesta es sí. Pero no puede ser cualquiera, debe ser uno que tenga todos los elementos que conforman al nuevo favorito de México: The Ritz-Carlton, Mexico City.
Algo tiene la Ciudad de México que es capaz de hacerte caer rendido a sus pies. Hay algo en esta jungla de concreto que atrae a los viajeros como abejas a la miel, enamorándoles de manera irremediable y absoluta.
Quizá es su historia, que se antoja antigua y diversa. Lo más probable es que sea la pujante creatividad que aquí se estimula y desarrolla, la cual se desborda por las aceras y avenidas. A ciencia cierta no se sabe, lo único de lo que hay certeza es que la capital mexicana es una experiencia diferente a cualquier otra.
La ciudad de los aztecas, la más grande y poblada de todo el continente americano, es un cruce de culturas que permite disfrutar de una amplia gama de posibilidades al mismo tiempo, lo que ha permitido la llegada de ideas frescas que han transformado radicalmente y de forma definitiva muchos paradigmas respecto a la gastronomía, la hospitalidad, el confort, el lujo y la exclusividad.
Es la avenida más icónica de todo México el marco perfecto para envolver a uno de los conceptos hoteleros más sofisticados del mundo: The Ritz-Carlton, que aporta vanguardia y una manera diferente de disfrutar la cotidianeidad y al mismo tiempo se nutre de la vibrante atmósfera de la zona, una de las más famosas por sus museos, rascacielos y monumentos.
En el número 509 de Paseo de la Reforma se elevan los 58 pisos que conforman The Ritz-Carlton, Mexico City, el segundo de este sello que se instala en el país y el primero alejado de la playa; algo para nada fortuito y muy bien planeado, pues la CDMX es epicentro financiero, cultural y de negocios para toda Latinoamérica.
Con vistas inmejorables al Bosque de Chapultepec, así como de otros icónicos puntos, los casi 250 metros de altura que tiene la propiedad no pasan inadvertidos, gracias al diseño arquitectónico de Taller G.
Pero el exterior es solo una breve advertencia de la innovación, estilo y lujo que por dentro también ostenta The Ritz-Carlton, Mexico City. Y es que el interiorismo –a cargo de Chapi Chapo y Meyer Davis– es un trabajo impecable que recrea una atmósfera idónea para descansar y deleitarse en todos y cada uno de los recovecos que conforman al hotel.
153 habitaciones, 19 suites, piscina, gimnasio y las instalaciones necesarias para celebrar reuniones y eventos, aquí se tiene todo y más para hacer vida intramuros; es uno de esos pocos hoteles que hay en el mundo que –sin sospecharlo– se convierte en el destino, dentro del destino.
Mención especial amerita el SAMOS Sabores Míos, un restaurante de lujo que promete una gastronomía de origen local e inspiración estacional que apela a los gustos más exigentes. El lugar perfecto para deleitarse con la cocina mediterránea preparada con ingredientes de los agricultores locales con la más alta calidad. Y Carlotta Bar, el nuevo Sky Bar en donde encontrarás una propuesta de mixología con cócteles de autor de concepto único. Sin duda, hot spots que debes visitar, te encuentres o no hospedado en el The Ritz-Carlton.
También vale la pena dedicar tiempo al spa, que a través de diferentes terapias y tratamientos se encarga de reactivar y alinear el cuerpo para devolverlo a su estado de bienestar natural. Aquí se valen de la tecnología –a través de la Zero Gravity Chair–, la rapidez –usando una Timeless Capsule para dar tratamientos breves pero efectivos– y la tradición –mediante productos e ingredientes que surgieron de la milenaria cultura azteca– para consentir y estimular tus sentidos.
Como verás, este es un lugar como ningún otro; las memorables vistas del corazón de la ciudad te invitan a conectar con ella y a embarcar un viaje de descubrimiento, que al mismo tiempo te estimula para vivir tus días bajo el cobijo del confort, el lujo y la exclusividad… aspectos que rodean por completo a la experiencia The Ritz-Carlton, Mexico City.