¿Qué es lo que hace a un destino espectacular? En NUBA continuamente nos planteamos esta pregunta, en aras de ir siempre mucho más al fondo de las posibles respuestas. Definitivamente es una pregunta complicada de contestar, pues son muchos los adjetivos y muchas más las atracciones que se requieren para calificar a un sitio en el mundo como tal y, sin embargo, al mismo se trata de algo bastante simple: magia.
Y es que la magia es algo que sucede de forma orgánica y automática. Es cuestión de química. Así, cuando las pupilas se dilatan al ver espectaculares panorámicas, cuando el corazón se acelera al sentir la tibieza de un cálido mar cristalino, cuando se eriza la piel al ver el sitio donde habrás de hospedarte, cuando las papilas gustativas se activan con solo oler y admirar el plato que se tiene enfrente o cuando los sentidos se estremecen de tal forma que los ojos se desbordan ante una experiencia nueva, sucede la magia y es un momento que queda grabado en la memoria de por vida.
Buscando un destino capaz de reunir estas emociones, llegamos a la joya de Centroamérica: Costa Rica, un lugar tan bendecido por la naturaleza, que a pesar de su breve tamaño, alberga una riqueza infinita en recursos, lo que se traduce en montañas, ríos, playas, parques nacionales, lagunas y una gran biodiversidad, como grande es el abanico de actividades que se ha construido y que se oferta a los viajeros.
Gastronomía tejida por ingredientes frescos y autóctonos, una rica gama hotelera y el compromiso de una industria turística, son las constantes en este recorrido a través de lugares como Cahuita, Barbilla, La Cangreja, Los Quetzales, Chirripó, Barra Honda, Carara, Santa Rosa, Diriá, Tapantí – Macizo de la Muerte y Braulio Carrillo, locaciones que arrancan el aliento sin piedad y que constituyen paraísos inimaginables a los que solo podrás dar cabida una vez que hayas estado en ellos.
Hay un aspecto en el cual vale la pena hacer hincapié tantas veces sea necesario, y es que el logro para nada pasa desapercibido y es sumamente significativo: a través del Certificado de Sostenibilidad Turístico, el gobierno avala a más de 250 empresas dedicadas al ramo como organismos responsables y comprometidos con la conservación de la riqueza costarricense. Y es que en una nación donde más del 25 por ciento del territorio se encuentra bajo algún tipo de protección, debe existir una estrecha colaboración entre las autoridades, los empresarios y –por supuesto– los visitantes, para mantener tan intacto como sea posible este paraíso llamado Costa Rica.